En el mundo de Mask Drop, estás en un vasto cielo, rodeado de silencio, como si el tiempo se hubiera detenido en este momento. Sin embargo, esta tranquilidad está a punto de romperse, porque brillantes coronas doradas comienzan a caer del cielo. Descienden en picado desde lo alto del cielo, rápido y preciso, como si alguna fuerza misteriosa estuviera guiando su dirección.
Cada corona exuda una luz deslumbrante, que lleva una amenaza invisible, y su velocidad aumenta gradualmente, lo que hace imposible predecir su trayectoria de aterrizaje. Tu única tarea es evitar que estas coronas te golpeen. Una vez que lo golpees, el juego terminará instantáneamente y todos tus esfuerzos serán en vano.